Y de repente, el poeta se sintió ridículo. Era una sensación nueva (y se dio cuenta de que eso era lo verdaderamente ridículo, que fuera una sensación nueva, que nunca antes se hubiera sentido ridículo a pesar de que acumulaba muchas experiencias que podrían haberle hecho sentir así). Y se sintió ridículo porque empezó a pensar en la muchacha por la que estaba allí, empezó a preguntarse cómo sería…
Esta cita del libro Tanta gente sola de Juan Bonilla la encontrarás en del relato: Un gran día para tus biógrafos
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Enviada por Bárbara hace 10 años
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