Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena. ¡Oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge.
Esta cita del libro Cuentos macabros de Edgar Allan Poe la encontrarás en El corazón delator
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Enviada por Natalia hace 10 años
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