Cuando un hombre rebaja su talento únicamente para ponerse al nivel del lector, comete un pecado mortal que éste no le perdonará nunca, suponiendo, por supuesto, que se dé cuenta de ello. Puede uno decirle al hombre cosas atroces, pero enalteciendo su vanidad.
Esta cita del libro Humano, demasiado humano de Friedrich Nietzsche la encontrarás en Un libro para pensadores libres (1878)
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Enviada por Victoria hace 10 años
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