Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
[Noches del mes de Junio]
Esta cita del libro Compañeros de viaje de Jaime Gil de Biedma la encontrarás en Noches del mes de junio
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Enviada por Rebeca hace 9 años
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